sábado, 28 de septiembre de 2013

MI PINTURA MURAL EN CHILLAN


               Por David Alfaro Siqueiros
Introducción:
Un verdadero documento. Esta es una entrevista que dio Siqueiros acerca del mural que realizó en la ciudad de Chillán en Chile, para los interesados en la obra y sus características.
Descripción:
El plafón tiene 20 metros de largo por 8 de ancho, es decir, 160 metros cuadrados, y los dos paños laterales tienen 8 metros de base por 5 de altura, o sea 40 metros cuadrados cada uno, lo que da un total de 240 metros cuadrados de superficie para toda la obra.


                                        La obra está concebida como la pintura del total espacio arquitectural y no como la organización de varios paños aislados, esto es, de manera diferente a la que usaron todos los pintores del Renacimiento y siguen usando mis colegas muralistas de México. Es en esa virtud un progreso evidente sobre mis murales anteriores y sobre la doctrina fundamental de la pintura en los edificios. Desde mi punto de vista o, más bien, desde el interés de mis particulares propósitos, mi última obra tiene así mayor movilidad y una mayor beligerancia pictórica.



                 Los paños laterales son cóncavos, en una profundidad máxima de 60 centímetros. Fueron compuestos mediante el trazo de una sección de elipse. Y esta forma que podemos llamar dinámica, frente al usual rectángulo plano, favorece incuestionablemente, en mi concepto, el sentido multidimensional de la obra y, en consecuencia, su intento nuevo-realista.
La obra fue ejecutada sobre masonite empotrado a los muros de concreto y con materiales a base de piroxilina, lo que ha hecho posible el uso exaltado de texturas ásperas, lisas, brillantes, opacas y de "películas" de mucha vibración y luminosidad. 

El empleo de una composición de carácter muy activo me ha permitido avanzar bastante en el camino de formas pictóricas móviles, frente a frente del estatismo de mi primera época y del estatismo formal de la obra que aun realizan mis colegas mexicanos, inclusive las más trepidantes (?). Y nada me demuestra el éxito obtenido en este terreno como las exclamaciones escritas de mis impugnadores: "terribles formas vociferantes que se mueven con increíble rapidez", "gritos exaltados de hombres violentos que pasan de lo pictórico a lo fonético real", "poderosa pintura, pero inadecuada por su impulsivismo, para adornar los muros de una escuela primaria".
                                       En cuanto al tema, la obra en su conjunto trata de impulsar el espíritu ofensivo de los pueblos contra el invasor. El paño dedicado a Chile es la historia de las luchas populares en este país por la independencia nacional y el progreso, desde Galvarino hasta Recabarren. Figuran en él, además, Lautaro, Caupolicán, O'Higgins, Bilbao y Balmaceda. Las figuras caídas son el símbolo del invasor de todos los tiempos.



                                 El paño dedicado a México se refiere, a su vez, a las luchas populares de este mi país, desde Cuauhtemoc hasta Cárdenas. Figuran en él Hidalgos, Morelos y Zapata, por una parte, y Juárez y Cárdenas. La figura que liga a los tres primeros es la popular Adelita mexicana. Como en el caso anterior, la figura derrumbada es el   símbolo del  invasor.
                                        Le he dado a esta obra el título de "Oratoria pictórica", para expresar así mi criterio sobre el "elocuentísimo" que debe servir de principio al arte de contenido social, al arte nuevo-realista que estamos construyendo con todas las experiencias posibles, a la vez que explicar (un poco irónicamente) a los "artepuristas" que es posible decir cosas ideológicas con formas plástico- pictóricas modernas de valor absoluto; aún más, que esas formas son las únicas que pueden responder bien a la obra de contenido ideológico.

                                    Estoy convencido de que la "Oratoria Pictórica" señala un paso adelante en mi esfuerzo de doce años en favor de un nuevo arte público, de un mayor y nuevo arte de estado, de una nueva elocuencia, en suma, en la pintura que se adelanta al primer período folklórico o simplemente estadista del muralismo mexicano y a la simple agilidad "snob" del arte moderno de París como fenómeno de conjunto.

Santiago de Chile, mayo 20, 1942.
 Forma    revista de artes plásticas Nro. 27 . 
Junio 1943, Buenos Aires

 Antonio Berni  presidente

No hay comentarios:

Publicar un comentario